Tiempo de seguir conociendo a Dios, tiempo de conocerse delante de Dios. Tiempo de acercarse a Dios. Tiempo de oración. Tiempo de leer y rezar con la Palabra. Tiempo de estar a gusto en el grupo y como grupo de catequesis. Tiempo de saborear todo el material que preparan los catequistas. Tiempo de afianzar las respuestas de por qué es necesario confirmar la fe. Tiempo de seguir buscando. Y todo este tiempo hasta la celebración de la Confirmación contamos con el mejor compañero de camino y entrenador personal: Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios.
Recuérdeme
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