El tacto es una metáfora de la vida. Vivimos tocando y siendo tocados. Tocamos la realidad y la realidad nos toca. Es algo de doble sentido y, como en el caso de las cajas, la vida nos puede tocar de muchas maneras.
Hoy hemos descubierto las consecuencias que tienen algunas situaciones de nuestra vida personal, encontrando y describiendo aquellas sensaciones que ellas nos generan y dándonos cuenta de que Dios siempre ha estado presente en cada momento.
Sofía Díez Martínez (1º Bachillerato)